Don Arturo de Navas, hijo de uno de los patriarcas del arte payadoril como fue Juan de Nava, graba para el sello Columbia de Buenos Aires en 1910/1911 una serie de discos, entre ellos su composición más famosa "La Vida del Carretero" o "El Carretero" acompañandose en guitarra.
Esta grabación fue tomada de una reposición de fines de los años 20, con un sonido extraordinario.