Hablar de Conciencia Universal y de despertar individual, es una paradoja, porque lo que la Sabiduría Eterna nos quiere hacer comprender es que no hay tal cosa como lo que la mente interpreta por un yo individual separado de la Conciencia Una. El propósito tiene que estar de acuerdo con el propósito de Dios, por esto hablamos de la conciencia universal, antes que hablar de la conciencia personal. Solamente hay que saber que nosotros somos el reflejo de la conciencia universal. Cuando nos damos cuenta de que la propia autoconciencia desaparece, sera reemplazada por la conciencia del propio Dios y, entonces, sucede aquello que llamamos “La liberación”. Cuando existe un equilibrio entre la intuición universal y la comprensión individual surge un prodigio en la vida de la naturaleza de la humanidad: la conciencia de grupo, la conciencia grupal. El camino del despertar provoca el contacto con la inspiración constante, y todos los actos de nuestra vida, sean los que fueren, están así conectados con esa inspiración. Entonces nuestra vida será inspirada, actuaremos en libertad creativa. Esta es la vida de una persona despierta, esto es despertar. Independiente de lo que suceda, el despierto está siempre en esa actitud contemplativa y recibiendo esa inspiración, y lo demás aparece espontáneamente.