El barrio de las Nueve Esquinas recibe ese nombre porque son, en efecto nueve esquinas las que resultaron de la confluencia de algunas de sus calles. Sus antecedentes históricos se remontan a la época virreinal, cuando formaba parte del barrio de Mexicaltzingo como uno los puntos de entrada a la ciudad. Es curioso cómo fue adquiriendo la categoría de barrio, ya que no contaba con templo y mercado propio.